Algunos de los proyectos más incómodos en los que he trabajado como desarrollador tenían estos dos ingredientes: el reto de utilizar tecnología tan nueva que a veces no estaba documentada o que tenía fallos que ni siquiera conocían lo propios creadores de la librería o del framework y una arquitectura tremendamente sobre-diseñada, muy compleja, muy difícil de entender o con una infraestructura muy cara, a menudo diseñada por una única persona en su torre de marfil que luego ni siquiera tenía que sufrir las consecuencias de utilizarla porque ni siquiera estaba ya en ese proyecto. Se diseñaba pensando en que el equipo fuera una especie de "code monkeys" donde tenían que rellenar unos huecos con código que debía ser ya muy trivial puesto que todo estaba pensado y diseñado, y nada más lejos de la realidad. Lo que sucedía ahí es que era muy incómodo, muy improductivo, igualmente teníamos bugs y dificultad para entender el código y para mantenerlo.